Novela escrita a dos manos entre dos autores que jamás habían llegado a coincidir físicamente, Pasiones Virtuales nos adentra en uno de los primeros romances a través de la red en un mundo cuya naturaleza empezaba a cambiar gracias a internet. La historia de amor entre un arquitecto que sueña con ser pintor y su alma gemela, una mujer al otro lado de la pantalla, nos demuestra que la pasión a veces está a flor de piel y otras veces a flor de teclado.
Este audiolibro está narrado en castellano.
ISBN: 9781509405251
Duración: 610.00 minutos
Los CRÍMENES AZULES (The BLUE CRIMES)
Un audiolibro de Enrique Laso, publicado por BookaVivo
UNA MAGNÍFICA NOVELA POLICÍACA. AGARRE DE PRINCIPIO A FIN.
"Y así continúa Enrique's THE BLUE CRIMES y la forma en que coloca a Ethan Bush y al equipo en la resolución del crimen es tensa, suspenso y en todo momento involucrado. Esta es la escritura de misterio de calidad por una voz nueva para la mayoría de nosotros - una adición bienvenida al género de suspenso'
Grady Harp, Top-100 Revisor / Salón de la Fama / Vine Voice
Dos cuerpos encontrados en una laguna.
Un prometedor agente especial del FBI.
Un crimen que ocurrió hace casi veinte años.
Una novela de misterio enrevesada que te atrapa.
Si te gustaban novelas como 'El silencio de los corderos' o series de televisión como 'Twin Peaks' o 'True Detective'... esta es la historia que has estado esperando.
DESDE EL CAPÍTULO I
Para cuando me llamaron, había pasado una semana entera desde que el segundo cuerpo había sido descubierto. Esto fue un revés, ya que gran parte de las pruebas habrían desaparecido a estas alturas y tendría que trabajar con la poca evidencia que la policía local, sin acostumbrar a este tipo de delitos, habría podido reunir.
Afortunadamente me habían asignado una unidad csi lo suficientemente competente y mientras volábamos de Washington al Aeropuerto Internacional de Kansas City, imaginamos, con toda razón como resultó, que la escena del crimen habrá sido mimada por docenas de diputados bien intencionados pero torpes.
Liz, a quien ya conocía profesionalmente desde el único caso en el que había trabajado hasta entonces, me entregó una carpeta que contenía fotos; los cuerpos cianóticos de dos niñas desnudas, abandonadas en una laguna, como los restos sin importancia de un tranquilo picnic matutino.
Estaba mirando fijamente a los ojos abiertos de una de las jóvenes, que no podía haber tenido más de veinte años, cuando me llamó la atención su súplica: ""Debes encontrar quién me hizo esto".