Álex se despierta en un parque con un fuerte golpe en la cabeza. No recuerda qué ha pasado ni cómo llegó allí y mucho menos se acuerda de quién es el anciano chino que yace a su lado con un puñal sobresaliendo de su pecho. Una gata que lo ha visto todo desde la rama de un árbol comienza a explicarle lo que ha sucedido y le dice que lo ha matado él.

Álex huye a su casa y, al levantarse al día siguiente, cree que todo tiene que haber sido un sueño. Sin embargo, continúan sucediendo cosas extrañas: encuentra medicinas para gatos en su abrigo, le llega un pedido de comida de gato y, para redondear la cosa, Coco, un gato, aparece en la ventana diciéndole que había prometido conseguir medicinas para toda su colonia.

Buscando una explicación, empieza a investigar los restaurantes chinos de la zona para ver si en alguno llevan el mismo uniforme que llevaba el anciano muerto junto al que despertó. Cuando lo encuentra, le atiende Zhilan, una joven y bella camarera de la que se enamora al instante. Por desgracia, no puede intimar mucho con ella, porque un grupo de asesinos entra en el restaurante y empiezan a disparar.