En esta leyenda en la que Bécquer se pone en la voz del mismo narrador, cuenta como un día paseando por el barrio de San Jerónimo de Sevilla, se encontró con una venta en la cual había gran algazara y jolgorio. Se decidió a tomar algo en tan agradable ambiente, y, mientras bebía, observó a una hermosa chica, que era la cantante en un coro femenino. Consiguió hacer de ella un bonito retrato a lápiz.  Cuándo se disponía a abandonar la venta, el guitarrista, un chico joven, se le acercó y le pidió que le regalase el retrato de su amada.

Después de esto, el autor abandonó Sevilla, donde regresó diez años después. Tras haber paseado por toda la ciudad, retornó al barrio de San Jerónimo, en busca de tan alegre venta. Una vez allí, se dispuso a tomar algo en el mismo lugar en que diez años atrás había estado, pero todo había cambiado. El ventero comenzó a contarle todo lo sucedido allí: la chica a la que había retratado, Amparo, se prometió con el muchacho de la guitarra. Estaban a punto de casarse, cuando un día, se acercaron a tal lugar unas personas pidiendo información sobre Amparo, y...