Plinia le reporta al director las graves irregularidades que los niños han estado cometiendo, como viajar al mundo de los espectros, invocar magos de la oscuridad, y jugar con las leyes del tiempo y el espacio. Lander le promete que hará algo al respecto y le propone a Salvador, cambiar sus roles por un día. Salvador acepta divertido y sus figuras transparentadas se intercambian de cuerpos mágicamente; de modo que al que todos ven con la fisionomía de Salvador, es Lander y al que creen el director, es realmente Salvador. Lander tuvo que aclimatar su edad al cuerpo del adolescente y controlar los gestos propios del director, y Salvador acostumbrase a la barba y a conducirse con formalidad.  Pero un plan macabro del Mal para asesinar a Lander, supone un grave riesgo para la vida de Salvador.